El peso del miembro amputado.
Bloque de Hielo
Las costumbres olvidadas.
Lo escrito y lo que quedó por escribir. La letra que fue y la que quiso ser. Y de entre todas esas cosas, las costumbres olvidadas.
Siempre acaban viniendo.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Martin Niemöller
Los ciudadanos y las empresas usuarias de Internet adheridas a este texto MANIFESTAMOS:
- Que Internet es una Red Neutral por diseño, desde su creación hasta su actual implementación, en la que la información fluye de manera libre, sin discriminación alguna en función de origen, destino, protocolo o contenido.
- Que las empresas, emprendedores y usuarios de Internet han podido crear servicios y productos en esa Red Neutral sin necesidad de autorizaciones ni acuerdos previos, dando lugar a una barrera de entrada prácticamente inexistente que ha permitido la explosión creativa, de innovación y de servicios que define el estado de la red actual.
- Que todos los usuarios, emprendedores y empresas de Internet han podido definir y ofrecer sus servicios en condiciones de igualdad llevando el concepto de la libre competencia hasta extremos nunca antes conocidos.
- Que Internet es el vehículo de libre expresión, libre información y desarrollo social más importante con el que cuentan ciudadanos y empresas. Su naturaleza no debe ser puesta en riesgo bajo ningún concepto.
- Que para posibilitar esa Red Neutral las operadoras deben transportar paquetes de datos de manera neutral sin erigirse en “aduaneros” del tráfico y sin favorecer o perjudicar a unos contenidos por encima de otros.
- Que la gestión del tráfico en situaciones puntuales y excepcionales de saturación de las redes debe acometerse de forma transparente, de acuerdo a criterios homogéneos de interés público y no discriminatorios ni comerciales.
- Que dicha restricción excepcional del tráfico por parte de las operadoras no puede convertirse en una alternativa sostenida a la inversión en redes.
- Que dicha Red Neutral se ve amenazada por operadoras interesadas en llegar a acuerdos comerciales por los que se privilegie o degrade el contenido según su relación comercial con la operadora.
- Que algunos operadores del mercado quieren “redefinir” la Red Neutral para manejarla de acuerdo con sus intereses, y esa pretensión debe ser evitada; la definición de las reglas fundamentales del funcionamiento de Internet debe basarse en el interés de quienes la usan, no de quienes la proveen.
- Que la respuesta ante esta amenaza para la red no puede ser la inacción: no hacer nada equivale a permitir que intereses privados puedan de facto llevar a cabo prácticas que afectan a las libertades fundamentales de los ciudadanos y la capacidad de las empresas para competir en igualdad de condiciones.
- Que es preciso y urgente instar al Gobierno a proteger de manera clara e inequívoca la Red Neutral, con el fin de proteger el valor de Internet de cara al desarrollo de una economía más productiva, moderna, eficiente y libre de injerencias e intromisiones indebidas. Para ello es preciso que cualquier moción que se apruebe vincule de manera indisoluble la definición de Red Neutral en el contenido de la futura ley que se promueve, y no condicione su aplicación a cuestiones que poco tienen que ver con ésta.
Europa, y España en particular, se encuentran en medio de una crisis económica tan importante que obligará al cambio radical de su modelo productivo, y a un mejor aprovechamiento de la creatividad de sus ciudadanos. La Red Neutral es crucial a la hora de preservar un ecosistema que favorezca la competencia e innovación para la creación de los innumerables productos y servicios que quedan por inventar y descubrir. La capacidad de trabajar en red, de manera colaborativa, y en mercados conectados, afectará a todos los sectores y todas las empresas de nuestro país, lo que convierte a Internet en un factor clave actual y futuro en nuestro desarrollo económico y social, determinando en gran medida el nivel de competitividad del país. De ahí nuestra profunda preocupación por la preservación de la Red Neutral. Por eso instamos con urgencia al Gobierno español a ser proactivo en el contexto europeo y a legislar de manera clara e inequívoca en ese sentido.
Cuidador.
Luz.
De baja mineralización, garantía de pureza, recogida directamente en el manantial y envasada para su conveniencia.
Regalo.
Por aquel entonces debía tener algo así como veinticinco. Viajaba por los pueblos de la isla, y los días de mercado exponía la mercancía. Cada temporada cambiaba el género desde hacía cuatro años. Empecé con ropa, después comida, en esta ocasión útiles de cocina, más adelante serían otras cosas. Ya me entendéis, lo que pudiera conseguir a mejor precio.
Aquel día estaba ordenando la mercancía después de que un escuálido pelotón de señoras repasaran todo el arsenal por segunda vez para no comprar nada. Trajinaba con la cabeza gacha, cuando escuché su voz por primera vez.
-Oye, tú. ¿Qué vendes?
Alcé la vista desde detrás del carro y, situada a contraluz -como los buenos cazadores-, vi una mujer que parecía rondar los cuarentaypocos. Alta, bien proporcionada. Llevaba un vestido fresco de lino estampado, de tal suerte que su cuerpo se me antojó el caballete de una acuarela pintada un verano de sol, casas encaladas y hortensias. No estaba delgada, tampoco le sobraba nada. Morena, ojos negros como mi camisa, piel clara y moteada, rasgos fuertes, hermosos, y voz de mando. Y desde la escasa distancia desde la que me hablaba llegaba la mezcla de perfume a magnolia y el propio olor de su piel.
- Cuchillos, señora, vendo cuchillos.
- Entiendo. ¿Y... No vendes nada más?
- No. - Me encogí de hombros y contesté extrañado.
- ¿Y a ti mismo, no te vendes?
- Venderme, no me vendo. Pero a veces me regalo.
Sonrió sin enseñar los dientes, frunció la mirada, y dijo: - Entonces me dejarás invitarte a una copa.-
- De acuerdo, si me deja pagar a mi la primera.
...
En la mesa de la taberna, un hombre explicaba esta historia mientras los demás callaban y escuchaban con envidia y reverencia.
Santuario.
Todos tenemos lugares a los que volvemos de tanto en tanto a sentirnos en tierra propia.
Pues mal. Uno de mis santuarios particulares, terreno sagrado regentado por monjes sabios, ha dejado de existir.
Hoy, al acudir a él para rezar a las deidades que venero, como solía hacer con regularidad desde hace mucho tiempo, me encontré el cascarón hueco y las últimas palabras de quien lo fundó, regentó y nos acogió a tantos peregrinos en busca de papel.
Benditos seáis, frailes. Gracias a vosotros por darnos cobijo y alimento todos estos años.
La niña del fusil.
En mi sueño, uno de esos sueños lúcidos que tengo a veces, me encontré con una niña que llevaba un fusil. Ella era una cría, y el fusil era una de esas armas que, por paradójico que suene, son hermosas. Precisa, potente, y compleja. Hecha por un maestro armero experto y artesano, que no escatima detalles para hacer no sólo un instrumento, si no también una obra de arte.
En mi sueño he visto a la niña cuidar su arma, con pasión y diligencia. Porque sabía que ese arma era una joya, y porque ese arma era tan parte de ella como sus manos o sus piernas.
La niña, que había llevado siempre encima el fusil, estaba tan acostumbrada a él que sabía limpiarlo y manejarlo con destreza. Y sobre todo, sabía lo que pesaba, y a menudo se quejaba de lo agotador que era llevarlo. Pero el fusil se fundía con su carne y con su alma, hasta tal punto que no se podía amputar. Ambos eran uno.
En mi sueño me acerqué a hablar con ella. He de reconocer que el arma llamó mi atención, no se ve un ejemplar así cada día.
Trabamos amistad enseguida, y estuvimos conversando durante un buen rato. Me habló de muchas cosas, y entre ellas de las maravillas que podía hacer con aquel rifle. Podía cazar piezas fantásticas a gran distancia. Podía defenderse. Podía incluso ganarse el sustento como tiradora a sueldo.
Hablaba con la mirada franca que tienen las personas buenas. Y con ella me explicó lo complicada que es la vida de alguien que va armado siempre. Mucha gente se sentía intimidada en su presencia. También me contó cómo en alguna ocasión, al encarar el arma hacia alguien, unas veces jugando y otras en un gesto instintivo de defensa debido a un movimiento o un ruido no controlado en su entorno, ésta se disparó por la presión del dedo nervioso sobre el gatillo. A veces alcanzando a gente conocida, a veces a gente querida. Me dijo, con el rostro sereno de quien lo ha vivido más de una vez, que cuando se dispara ese arma siempre encuentra un blanco.
En mi sueño continuamos charlando, relajados. Y como el sueño duró más de una noche, nos volvimos a encontrar de vez en cuando. Unas veces más cerca, otras más lejos.
La última noche que soñé con ella tuve un escalofrío y estornudé en su presencia, maldito el momento. Fue uno de esos estornudos bruscos y estruendosos. Y, antes de que acabara mi espasmo, oí el estampido. Lo primero que vi al apartar las manos de mi cara fue su rostro y como se borraba toda expresión de él, vi el cañón humeante en sus manos rígidas, y vi cómo mis intestinos comenzaban a brotar por la herida.
Ella enmudeció, dio media vuelta, y se dirigió con paso tranquilo en dirección contraria mientras yo intentaba contener la evisceración.
Quince.
Quince personas.
Quince que hablan,
quince que piensan,
quince que enmiendan
y quince que callan.
Y las quince sonríen y son dueñas de mis palabras.
Resonancia de Laplace.
Pero lo que más me sorprendió fue el saber que sólo hay un caso así en todo el sistema solar.
Todos ellos.
La madera ladró, el hierro maulló, y los ojos tuvieron que esforzarse ante el cambio de luz.
El sol, frío y brillante, bajaba como una barra de bombero inclinada, sostenida en lo alto por el hueco que dejan las tejas rotas, y que apoyaba el pie en una charca de sargazos. A su alrededor, oscuridad a medias y recuerdos en suspensión.
Y el aire se acercó, y me concedió una vez más el derecho de escuchar los olores de todos ellos.